sábado, 15 de octubre de 2011

La Casa de Ella.

Comenzaron hacer planes para el futuro ella dijo que quería una casa hermosa, llena de espacio para que vivieran una encantadora vida juntos, él estaba dispuesto a darle lo que quisiera, por lo que empezó hacer la casa. Construyó con sus dos manos los muros de su nuevo hogar y los barnizó con los sueños de ella, las paredes las pintó con sus ocurrencias, el techo lo decoró con sus sonrisas, las puertas eran del color de sus cabellos, el piso estaba esculpido con esas miradas que tanto le gustaban a él, la alfombra la bordo con la sensualidad que le irradiaba. Finalmente en el jardín sobre las rosas, pintó el rostro de su amada mujer. Para él era la casa perfecta, porque ella estaba en todas partes.
Después de unos años ella estaba harta de verse por toda la casa y decidió marcharse lejos. Cuando él despertó a pesar de su ausencia e inmensa tristeza, nunca se sintió solo, porque ella estaba en todos los lugares de la casa, y de alguna forma siempre viviría allí con él y en él. 

Un hombre sin importancia.

Tocaron a su puerta,  era aquel hombre sin importancia, le entregó un sobre amarillo y se fue. Ella pensó que era una especie de carta, pero en realidad solo tenía unas cuantas palabras escritas. Leerlas la hizo estremecerse, no sabía cómo reaccionar, sintió unas dosis de nervios, alegría y pasión. Esos sentimientos se apoderaron de ella como demonios furiosos. Después de recuperar la compostura no podía dejar de preguntarse ¿Cómo unas simples palabras, que hasta podían parecer banales,  podían contener tanto? ¿Cómo una pequeña frase o un gesto sin importancia podía marcar tanto a una persona?  Sintió el éxtasis de la estupidez con júbilo.
Desde ese día ese hombre no tan importante ocupó un lugar en su corazón y acaparó su atención. Él logró convertir las cosas comunes en valiosos tesoros. Y ese era el gran poder de aquél hombre sin importancia, podía hacer que ella se  enamorará de la cotidianidad. Logrando seducir cada milímetro de su alma con su infinita creatividad, volviéndose así el hombre más importante de todos.