sábado, 15 de octubre de 2011

Un hombre sin importancia.

Tocaron a su puerta,  era aquel hombre sin importancia, le entregó un sobre amarillo y se fue. Ella pensó que era una especie de carta, pero en realidad solo tenía unas cuantas palabras escritas. Leerlas la hizo estremecerse, no sabía cómo reaccionar, sintió unas dosis de nervios, alegría y pasión. Esos sentimientos se apoderaron de ella como demonios furiosos. Después de recuperar la compostura no podía dejar de preguntarse ¿Cómo unas simples palabras, que hasta podían parecer banales,  podían contener tanto? ¿Cómo una pequeña frase o un gesto sin importancia podía marcar tanto a una persona?  Sintió el éxtasis de la estupidez con júbilo.
Desde ese día ese hombre no tan importante ocupó un lugar en su corazón y acaparó su atención. Él logró convertir las cosas comunes en valiosos tesoros. Y ese era el gran poder de aquél hombre sin importancia, podía hacer que ella se  enamorará de la cotidianidad. Logrando seducir cada milímetro de su alma con su infinita creatividad, volviéndose así el hombre más importante de todos. 

1 comentario:

  1. Excelente!!! Me encanta la fresco de tus escritos, bocanadas de alucinógeno para mi mente domada por la rutina!!!!!

    ResponderEliminar