sábado, 7 de abril de 2012

La Mujer que Quería ser Perfecta


Caminaba por el denso bosque buscando al sumo sacerdote que regía la naturaleza, era un hombre famoso porque podía realizar toda serie de magia, charlaba con las plantas y animales gracias a sus poderes, también con las estrellas, así como con la luna y el sol.
Una de las leyendas decía que las flores se quejaban de ser pisoteadas, odiaban a los humanos porque les quitaban los pétalos sin piedad, así que el hechicero las formó como seres sin dolor, y las hizo participes indiscutibles, de fiestas y funerales, pero con la incapacidad de sentir, misma facultad le dio a los arboles para que no padecieran sufrimiento, cuando los amantes rayaban sus nombres, en sus nobles cortezas. Esta historia hizo que ella emprendiera el viaje de su vida en busca de ese ser, para que la hiciera una mujer perfecta, quería que le suprimieran su mal humor, sus celos, sus obsesiones pero sobre todo su capacidad para sentirse mal con facilidad, quería amar pero sin experimentar el dolor.
Años le tomó encontrar aquel viejo y gordo hechicero, el brujo al escuchar sus suplicas quedo pasmado y solo le preguntó, ¿Seguro que quieres ser una mujer perfecta? y ella con brillo en sus ojos dijo; es lo que mas quiero. Así que la convirtió en una hermosa estatua que no podía sentir nada, salvo felicidad cuando los perdidos en el bosque alababan su exquisita perfección, era la mujer perfecta, pero era una estatua y ella nunca se dio cuenta de tal hecho. 

viernes, 6 de abril de 2012

La Tumba de Rosas.



Ellos se despidieron como de costumbre, con gran amor y cariño, ella se fue a su casa y descansó profundamente. Por la mañana lo llamó y no contesto, en la tarde volvió a buscarlo, pero no había rastro de él. Preocupada por su ausencia, le fue a buscar a su casa y tampoco se encontraba ahí, pero en su hermoso jardín había un hombre que nunca había visto, así que le pregunto si sabía  dónde estaba aquél hombre, o a que hora regresaba. El jardinero suspiro con gran pena y le dijo: “en realidad no se donde esta, pero por lo que ví, huyó a vivir una aventura con una sombra, que lo sedujo por su figura curvilínea. No dejó mucho salvo sus rosas, y me contrató para que deje morir a todas estas flores con dignidad, ya que él no volverá, y nadie se puede ocupar de ellas, lo último que me dijo fue; que le de la más hermosa de sus rosas a usted, en agradecimiento por haberle amado.”  Ella suspiró con una gran tristeza y solo pensaba en pagarle al jardinero, pero para que cavará su tumba y en ella introdujera todas las rosas y demás flores que el poseyó.