sábado, 7 de abril de 2012

La Mujer que Quería ser Perfecta


Caminaba por el denso bosque buscando al sumo sacerdote que regía la naturaleza, era un hombre famoso porque podía realizar toda serie de magia, charlaba con las plantas y animales gracias a sus poderes, también con las estrellas, así como con la luna y el sol.
Una de las leyendas decía que las flores se quejaban de ser pisoteadas, odiaban a los humanos porque les quitaban los pétalos sin piedad, así que el hechicero las formó como seres sin dolor, y las hizo participes indiscutibles, de fiestas y funerales, pero con la incapacidad de sentir, misma facultad le dio a los arboles para que no padecieran sufrimiento, cuando los amantes rayaban sus nombres, en sus nobles cortezas. Esta historia hizo que ella emprendiera el viaje de su vida en busca de ese ser, para que la hiciera una mujer perfecta, quería que le suprimieran su mal humor, sus celos, sus obsesiones pero sobre todo su capacidad para sentirse mal con facilidad, quería amar pero sin experimentar el dolor.
Años le tomó encontrar aquel viejo y gordo hechicero, el brujo al escuchar sus suplicas quedo pasmado y solo le preguntó, ¿Seguro que quieres ser una mujer perfecta? y ella con brillo en sus ojos dijo; es lo que mas quiero. Así que la convirtió en una hermosa estatua que no podía sentir nada, salvo felicidad cuando los perdidos en el bosque alababan su exquisita perfección, era la mujer perfecta, pero era una estatua y ella nunca se dio cuenta de tal hecho. 

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