viernes, 6 de abril de 2012

La Tumba de Rosas.



Ellos se despidieron como de costumbre, con gran amor y cariño, ella se fue a su casa y descansó profundamente. Por la mañana lo llamó y no contesto, en la tarde volvió a buscarlo, pero no había rastro de él. Preocupada por su ausencia, le fue a buscar a su casa y tampoco se encontraba ahí, pero en su hermoso jardín había un hombre que nunca había visto, así que le pregunto si sabía  dónde estaba aquél hombre, o a que hora regresaba. El jardinero suspiro con gran pena y le dijo: “en realidad no se donde esta, pero por lo que ví, huyó a vivir una aventura con una sombra, que lo sedujo por su figura curvilínea. No dejó mucho salvo sus rosas, y me contrató para que deje morir a todas estas flores con dignidad, ya que él no volverá, y nadie se puede ocupar de ellas, lo último que me dijo fue; que le de la más hermosa de sus rosas a usted, en agradecimiento por haberle amado.”  Ella suspiró con una gran tristeza y solo pensaba en pagarle al jardinero, pero para que cavará su tumba y en ella introdujera todas las rosas y demás flores que el poseyó. 

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